Es bien sabido que la cocina francesa es una de las más consolidadas del mundo y para los parisinos, la buena comida es un asunto serio. La cocina francesa suele considerarse un placer que tiene que ver con el arte y no sólo con la necesidad de comer bien.
París, por tanto, puede ser realmente el paraíso de un gourmet.
Deliciosos entrantes, exquisitos postres y una amplia variedad de platos principales serán un componente esencial de tu viaje a la capital francesa, sin olvidar los vinos y los quesos.
Una comida normal en un restaurante de París suele incluir tres platos. Los entrantes (entrées) incluyen ensaladas, embutidos (jambon de Paris, jambon cru, salami saucisson), bandejas de ostras (huitres), crustáceos (crustaces), así como algunos primeros platos, como puré de verduras y caldo concentrado (consommé). El plato principal (plats) suele ser un segundo plato de carne o pescado. Ninguna comida termina sin el postre, que incluye no sólo postres sino también queso.
Los platos típicos que debes probar son la tortilla, los caracoles con perejil y mantequilla, las ostras, la sopa de cebolla, la quiche, el foie gras (hígado de pato o ganso), el boeuf bourguignon (estofado de carne), la galette bretonne (tortita salteada de trigo sarraceno rellena de queso, verduras o carne).
Para los entrantes, tienes donde elegir.
El plato principal en la cocina francesa es un plato único de carne o pescado acompañado de verduras, pasta o patatas.
En Francia, el postre significa o bien postres clásicos o bien magníficos quesos para terminar la comida por todo lo alto
En la capital de la gastronomía francesa, puedes elegir entre una gran variedad de lugares para comer y disfrutar de las diferentes almas de la cocina parisina.
Estos pequeños restaurantes de barrio son quizás uno de los lugares más típicos para disfrutar de la cocina local. De pequeño tamaño, tienen un ambiente informal y pintoresco. Tienen una buena relación calidad-precio y, a pesar de un servicio no siempre impecable, son la mejor manera de probar los grandes clásicos de la cocina francesa.
Se trata de pequeños bares con muy pocos asientos donde puedes disfrutar de una copa de vino acompañada de una apetitosa tabla de embutidos o quesos, o de sofisticados aperitivos para picar, según el nivel de la cocina.
Son quizás la mayor tendencia del momento: pequeños restaurantes tipo lounge donde los chefs prometedores ofrecen sus reinterpretaciones personales de la cocina francesa, experimentos innovadores o menús ecológicos centrados en productos locales y de kilómetro cero.
Son quizás uno de los establecimientos franceses más típicos y una excelente alternativa a un almuerzo completo durante un ajetreado día de turismo. La variedad de crepes dulces y salados es realmente increíble y te creará una verdadera adicción
Estos establecimientos tipo cafetería son otra institución parisina. Originarios de las cervecerías de Alsacia, con el tiempo se han convertido en una especie de bistró con clase que sirve comidas completas todo el día hasta las 11 de la noche.
París cuenta con algunos de los mejores chefs de Europa, que conforman el panorama estelar de la cocina parisina. Estos restaurantes de primera categoría son un lujo que uno no se permitiría, pero en caso de una pequeña locura, conviene reservar con mucha antelación.
Pilar de la vida social parisina, los cafés son la alternativa más barata para comer en la ciudad. El nivel culinario es mediocre, pero puedes ver a la gente sentada tomando una taza de café y un pastelito.
Como todas las grandes capitales, París cuenta con un impresionante número de restaurantes étnicos. Para variar tu experiencia gastronómica, puedes elegir cocinas de todo el mundo que se concentran principalmente en las zonas del Barrio Latino, Montmartre y Belleville.
Otra forma de probar las especialidades típicas parisinas y ahorrar un poco de dinero al mismo tiempo es comprar directamente en tiendas y mercados.
También es una forma de entrar en la mentalidad parisina: la mayoría de los ciudadanos no están acostumbrados a comprar en grandes supermercados, sino que compran en pequeñas tiendas de barrio.
Son toda una institución en la ciudad. Puedes hacer un auténtico “viaje” por el mundo del queso francés: ¡el país cuenta con nada menos que 246 tipos de queso diferentes!
Las carnicerías de barrio son otro pilar: puedes comprar embutidos y patés.
París cuenta con 1.200 panaderías, casi 12 por kilómetro cuadrado. El aroma que desprenden estas pequeñas tiendas te encantará y, además de la clásica baguette, podrás degustar quiches, pan au chocolat, cruasanes, pasteles y fragantes pizzas para disfrutar a orillas del Sena.
Las primeras son la versión chic de las panaderías, especializadas en pasteles, tartas y bollería de todo tipo, sabor y forma.
Las segundas, en cambio, son comparables a las joyerías: de diseño moderno o con clase, exponen chocolates como si fueran joyas preciosas, ¡con las que además comparten el precio! La calidad del chocolate, sin embargo, es inigualable.
Son uno de los lugares favoritos de los parisinos para hacer la compra: ya sean semanales al aire libre o diarios en el interior, los mercados encierran toda la variedad de la gastronomía francesa. Puedes encontrar cualquier alimento típico local en un espacio reducido.
Por último, encontramos estos comedores que sirven platos preparados, bocadillos, ensaladas y quiches.
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.