El 14 de julio, los franceses celebran el Toma de la Bastilla, que tuvo lugar en 1789 y se considera el primer paso real de los parisinos hacia la liberación de la opresión del Antiguo Régimen.
Como fiesta nacional francesa, todo el país se paraliza y se interrumpen todas las actividades laborales: es un día que incluye muchas celebraciones.
El corazón de la fiesta nacional es sin duda el gran desfile militar que recorre los Campos Elíseos en presencia del Presidente de la República y de todos los cuerpos constituidos.
El recorrido serpentea desde el Arco del Triunfo hasta la Plaza de la Concordia y es seguido por miles de personas que se agolpan a lo largo de la avenida para ver de cerca a los ejércitos y a los grandes vehículos motorizados mientras las flechas de la tricolor francesa surcan el cielo.
Encontrar un buen punto de observación suele ser difícil, por lo que te recomendamos que te prepares con bastante antelación.
Quizás sea el momento más esperado por todos.
Sobre la Torre Eiffel se enciende el magnífico espectáculo de fuegos artificiales que cambia de tema cada año. El espectáculo es realmente sobrecogedor, pero huelga decir que toda la zona circundante es tomada por asalto por lugareños y turistas por igual: encontrar un rincón tranquilo para admirar los fuegos artificiales es una tarea difícil.
El 14 de julio es conocido en todo el mundo por los fuegos y el desfile, pero poca gente conoce esta costumbre exquisitamente parisina, el baile de los bomberos.
Los parques de bomberos, que son héroes locales, se abren al público y organizan pequeñas o medianas fiestas al aire libre donde la gente baila, come y se divierte junta.
Están a medio camino entre un salón de baile, una fiesta de pueblo y una fiesta local: hay casetas, pequeños conciertos en directo, bailes y cenas comunales.
¡Una experiencia que no debes perderte para vivir el 14 de julio como un auténtico parisino!
La City Card le permite ahorrar en transporte público y/o entradas a las principales atracciones turísticas.